«ACQUAINTANCE WHIT DEATH/CONOCIMIENTO DE LA MUERTE.
La muerte de un ser amado siempre tendrá consecuencias, positivas o negativas, pero consecuencias al fin. Somos los vivos a quienes nos toca hacer algo con todo eso. La muerte es un destino en común que tenemos todos los seres vivos, pero solo los humanos tenemos una conciencia de ella, desconocemos el momento, pero sabemos que llegará.
Pero cuando ese momento se comienza a hacer latente, cuando es una realidad evidente ¿qué lleva a alguien a negarlo o reconocerlo? Dejo la respuesta abierta pues ella dependerá de cada caso en particular.
"(...) la enfermedad y muerte de Ella Sharpe llevaron al caos a Margaret Little; en cambio, bajo el cuidado de Winicott, ella mejoró notablemente y (...) Cuando él murió, no sobrevino el caos en su vida". (pág. 82)
Una consecuencia que parecerá insignificante pero sin duda de gran valor, es que después de la muerte de él, Little introduce una modificación en su nombre agregando la inicial de su segundo nombre: Isabel, por lo que toda su empresa editorial a partir de ese momento aparecerán firmados por Margaret I. Little.
"El primer artículo en el que Little anticipa la noción de unidad básica fue (...) La contratransferencia y la respuesta del paciente a esta, presentado en 1950 y publicado en 1951. Allí, Little apunta que no hay fronteras claras entre el yo, el ello y el superyó en la regresión transferencial, y que analista y analizante son en un sentido inseparables, de la misma manera como lo son la transferencia y la contratransferencia". Pág. 84-85 El dispositivo analítico permite que el discurso se desarrolle, no importa quién hable o a quién se dirija, sino que se hable, que en esa interlocución las palabras vayan encontrando su lugar.
"Que el analista asuma su responsabilidad constituye un compromiso que aquí significa darse sin reservas. Pero el don no procede, en este caso, de la necesidad de dar del analista, sino de la situación donde "una-persona-con-algo-de-qué-disponer (o con-algo-delo-que-puede-prescindir) encuentra a una-persona-con necesidad" (pág. 85), ¿qué lleva al analista a darse sin reservas, a dar el alma sin por eso perder la propia? ¿De qué dispone o de que prescinde el analista, qué le concierne para estar en ese lugar en el que terminará siendo desechado?
En "R la respuesta total del analista a las necesidades de su paciente" (Little) sólo quiere considerar la respuesta total del analista, o sea, todo -tanto el hecho de que está ahí en cuanto analista, como cosas de su propio inconsciente que se le pueden escapar-, además el hecho de que, como todo ser viviente, experimenta sentimientos durante el análisis y al fin y al cabo -no lo dice así, pero de eso se trata -, al ser el Otro, se encuentra en una posición de entera responsabilidad" (Seminario sobre la angustia, sesión del 30 de enero de 1963, pág. 155). Hay un doble compromiso por parte del analista, en tanto que se sabe concernido y comprometido en ese análisis, su papel no es solo oyente, de prestar el cuerpo, en tanto que es ser humano habrá cosas de él mismo que se jueguen en ese espacio y no podrá solo hacer caso omiso de todo eso que experimente y sienta, puesto que todo eso tendrá consecuencias dentro del dispositivo. Uno como analizante tampoco debe olvidar que el analista, a parte de su función también es persona de carne y hueso.
"Todos tenemos nuestros cementerios privados, pero no todas las tumbas tienen lápidas", escribe Little en 1951. ¿Qué sucede cuando no hay una lápida sobre alguna de esas tumbas? ¿A dónde van todas las inscripciones que no han encontrado su lugar, la palabra que las nombre, la letra que las escriba? La experiencia nos enseña que lo que no se dice tendrá consecuencias al ser puestas en acto.
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Escrito por: Alejandro Barraza.
Ilustración: La muerte y la doncella, de Marianne Stokes
Extraído de las notas de lectura del archivo de Campo de La Letra referente al libro «Juntos en la Chimenea. La Contratransferencia, Las "Mujeres Analistas" y Lacan» de Gloria Leff.