«EL HAMLET DE LACAN.

13.09.2019

En la actualidad, existen diversas películas en donde se nos ha brindado escenas, cuyo futuro pareciera ser el presente, y hasta múltiples realidades y verdades que se hacen aparecer, así como también lo vemos en las obras de teatro en donde los actores toman su rol, interpretan su papel y pareciera que no solo actúan al personaje, sino, una parte de la escencia de ellos se queda en aquel personaje que representan; el actor, deja de ser actor para estar encarnado en una realidad. He de preguntarme entonces: ¿Para quién actúa el actor?, ¿Para él?, ¿Para el público?, ¿Para la complacencia del director?, ¿Hay algo de él en ese personaje? Si bien, se nos presenta una obra, cuya obra es la que encara Lacan con la I. P. A. (International Psychoanalytical Association) Junto a célebres teóricos como Bárbara Low y Thomas Szazs, el conflicto y tensa relación con Granoff; el disgusto de Rosset y los confundidos Le clair y Francoise Pierre. Así qué... Empecemos la obra.

En primer acto, Leff como narradora nos hace ésta pregunta:

"¿Qué podrían estar haciendo los alumnos de Lacan en su seminario, cuando él no estaba ahí para impartirlo? Para intentar dar una respuesta, es necesario distinguir dos etapas en su enseñanza: la primera transcurrió entre 1953 y 1963 -cuando Lacan rompió con la Societé Psychanalytique de Paris y participó en la fundación de la Société Française de Psychanalyse- y tuvo como escenario el hospital Sainte-Anne; la segunda inició con la fundación de la École freudienne de Paris, en 1964, y terminó con su disolución en 1980". (Pág. 55) [...] 

Rosset, siendo uno de los personajes secundarios, realiza su aparición de manera en que no estaba de acuerdo con la enseñanza de Lacan, no sabía que era lo que atraía tanto a los alumnos, así que decide asistir a una de las clases. Quedando perplejo, solo se encuentra una habitación llena de alumnos, en dónde algunos se encontraban estudiando, transcribiendo y otros disfrutando de algún juego de mesa. Rosset no se resiste las ganas y emite una crítica a la enseñanza de Lacan, en donde la presencia de los alumnos presencian "la ausencia" del maestro, describiendo ésta escena, el filósofo francés, como un "acto de sumisión"; cosa en la que Allouch no está de acuerdo, puesto que cada uno estaba ahí por elección, no por obligación.

El modo de trabajar que proponía Lacan era el siguiente: había una elección de textos y presentaba los títulos. Los que quisieran exponerlos podían hacerlo, siendo apartir de aquí en dónde los alumnos hacían una producción escrita, los comentaban, criticaban y/o debatían (actividad que se realiza normalmente en grupos de estudio o lo que se pretende hacer). En ese entonces, se debatían los textos propuestos, siendo en ésta parte de la trama, los de Bárbara Low y Thomas Szazs, los cuales hablaban de las metas o fines del psicoanálisis. Mientras Szazs veía que había metas y que se debía de ver al paciente desde un punto de vista científico; Low se enfocaba desde una cuestión artística.

Durante la presentación de éstas ponencias, la I. P. A. Continúo con investigaciones en donde se cuestionaba la práctica y la enseñanza de Lacan, siendo aquí en donde surge otro de los quiebres importantes de esta historia, puesto que los analizantes y alumnos tenían que tomar una elección en decidir entre si Lacan o la institución. "¿Cuántos análisis habrán quedado irremisiblemente arruinados cuando los analizantes de Lacan fueron invitados a elegir entre su psicoanalista y la institución internacional?" (Pág. 59). Si es la contratransferencia y la transferencia de lo que se está hablando, habría que mencionar dos momentos en los que Granoff marca la diferencia de este término. "Enjuiciar la contratransferencia no había tenido el mismo significado ni las mismas consecuencias a lo largo de esta historia. Granoff distingue dos épocas: aquella en la que analistas y analizados se hallaban en condiciones grosso modo análogas y sólo se sentían obligados a responder a su juramento de fidelidad a Freud; y la otra, veinte o treinta años después, cuando uno de los partenaires supuestamente ya se había analizado, mientras que el otro no. Aquí se introducía una nueva variable: ¿Qué implicaba juzgar la contratransferencia cuando el analista supuestamente estaba analizado?" (Pág. 66). Siguiendo con la obra que se ha montado, se nos narra acerca de tres posiciones del analista que salieron después de la lectura que Low hace de Hamlet; y Granoff de Low y Hamlet, pudiendo derivar tres concepciones distintas del analista. Barbara Low explicita la suya: "El psicoanalista no debe ser timorato, sino, en el torrente de las pasiones, tener templanza y equilibrio". Por otra parte, si extrapolamos la recomendación de Hamlet a los actores y la aplicamos a la práctica analítica, podemos decir que el analista, en su actuar, en el torrente de las pasiones, debe encontrar el tono adecuado para manejar su voz y los movimientos de su cuerpo. Granoff, al tomar a Hamlet como eje de de su lectura, parece recomendarle al analista "no presentarse como un ser omnipotente o sin lagunas". Pero, ¿Qué tiene qué ver Hamlet en todo esto? Si bien, Hamlet utilizó esta forma para poder desenmascarar a su tío, para comprobar que él había sido el que hubiese asesinado a su padre, pero llega un punto en el que pone en duda si ese "ghost" es en verdad su padre o es el demonio quién solo falsos está levantando.Lacan montaba sus obras, sus escenas, en donde el quedaba como espectador y sus alumnos quedaban en el lugar del maestro, en ese lugar en donde se debatía y comparaba la enseñanza del mismo pero, se pone en duda ¿Qué era lo que quería representar Lacan?, ¿Qué intentaba mostrar en cada escena y cada acto?, ¿Qué es lo que estaba intentando decir o demostrar? No me enfoco en una exagerada pregunta cómo cuestionar a quién quería matar, sino, ¿A quién quería desenmascarar o exhibir? puesto que en cada escena no solo se presentaba el nombre de la I. P. A. sino la de él mismo. "La escena, tiene dimensión de la historia. La historia tiene siempre un carácter de puesta en escena. "Y ¿Cuál es la escena que cada día se presenta en cada diván?, ¿Qué "rol" ha de jugar el analista cada vez que un analizante se acuesta en su diván? No lo sabemos, pero de lo que si hay certeza, es que en algunas ocasiones la sorpresa hará acto de presencia. No obstante, no solo hay que preguntarnos de las sorpresas que se verán en el diván o desde la posición del analista, sino, de lo que se está haciendo cada día.He de preguntarme, ¿Qué escena y actos es lo que le depara al psicoanálisis lacaniano aquí, en Cancún?»

Escrito por: Melissa De Jesús Álvarez.

Extraído de las notas de lectura del archivo de Campo de La Letra referente al libro «Juntos en la Chimenea. La Contratransferencia, Las "Mujeres Analistas" y Lacan» de Gloria Leff.

Pintura de Daniel Maclise (1806-1870)

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