El "psicoanalista torturador".

28.08.2019

¿Un "psicoanalista torturador"?, ¿Una crisis institucional en lugar de un caso?, ¿Cuánta delicadeza y seriedad puede haber en una práctica por la cual una invención de S. Freud no fue creada para fines de tortura y sin que haya el más mínimo sesgo político detrás que la "movilice"?, ¿"Acto de conciencia"? Estas fueron interrogantes que surgieron después de una jornada, y por la misma, se realizó esta reunión en los años noventa, París; para hacerse cargo del tema que estaba siendo antes, un mero rumor respecto a un psicoanalista torturador que radicaba en Brasil; no obstante, decidieron tomar cartas en el asunto, luego de haber encontrado un libro publicado en 1994, que se "hablaba" sobre el caso.
Helena Besserman Vianna fue quién redactó y publicó el libro "Politique de la psychanalyse face à la dictature et à la torture", un libro carente de datos esenciales como lo son: las referencias editoriales de la edición original, lugar de publicación, editor. Más allá de que en dicha publicación se hizo mención del psicoanalista torturador, ese fue el motivo por el cual el rumor dejó de ser rumor y se convirtió en noticia; y la indagación del caso se tornó en una experiencia turbia para Jean Allouch, quién fue participe de dicho acontecimiento en la jornada que se llevó a cabo para discutir sobre el tema, en 1997, París. Allouch va encontrándose con diversas contradicciones e irregularidades a través de un minucioso rastreo, provocando un "extraño miedo" tanto para él -conforme avanza en su investigación- como para el lector que se va adentrando cada vez más al texto del que se extraen y se comparten los siguientes fragmentos:

«La Sociedad Internacional de Historia de la Psiquiatría y del Psicoanálisis (S. I. H. P. P.) y la Asociación de Estudios Freudianos (E. F.) habían cursado en París una invitación para el 9 de febrero de 1997. Se trataba, al menos eso se oía decir al principio en forma de rumor, de un "psicoanalista torturador" [...] Un asunto que, desde hacía veinte años, corroía la respetabilidad de la International Psychoanalytical Association (I. P. A.) incluso en sus más altas instancias y que aún no estaba solucionado» (Pág. 15).

«La jornada del 9 de febrero de 1997, sin título, estaba consagrada al tema del libro. La hoja que presentaba el programa sugería que podían intervenir algunas eminencias, especialmente Serge Lebovici y Daniel Widlöcher, respectivamente presidente de 1973 a 1977 y actual vicepresidenta de la I. P. A., cuyos testimonios ya figuraban en el libro [...] Presidente actual de la SIHPP, R. Major también presidía la sesión. Fue el primero en tomar la palabra diciendo, en tono grave y con las reservas que se imponen en semejantes casos, que ese día y en esa reunión había que realizar un "acto de conciencia".
¿Será éste, uno se preguntaba al oír esas declaraciones, un recién llegado al psicoanálisis?, pues tratándose de la conciencia (Freud) y del acto (Lacan, con Freud) ya existen algunas tesis que no se llevan muy bien con la noción de "acto de conciencia" [...] Sin embargo no fue necesario interrogarse días enteros sobre esta innovación que reconciliaba, en psicoanálisis, el acto con la conciencia. La respuesta en efecto, llegó ese mismo día: como "acto de conciencia" hubo... un desmadre. No faltaron los gritos, ni los discursos intempestivos, ni los movimientos ondulantes del público, ni las invitaciones a abandonar el lugar dirigidas a aquellos que en un momento dado se distanciaban del pensamiento dominante del grupo, ni los insultos seguidos o no de disculpas, algunas espontáneas, otras exigidas por el insultado.» (Pág. 24-26).


Escrito por: Erick Argueta.

Citas extraídas de «La Etificación del psicoanálisis. Calamidad» de Jean Allouch.
Primera edición en español en la colección Ta Erotiká, me cayó el veinte.
Traducción: Carlos Schilling.
Pintura: Mar de Hielo (Caspar David Friedrich).

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