«UNA CUESTIÓN DE MÉTODO.

05.09.2019

Leer no solo a Freud y a Lacan es algo apasionante, puedo decir que es como estar en una montaña rusa en donde hay subidas, bajadas, vueltas y espirales; te mareas, te dan unas ganas de vomitar y las risas nunca hicieron falta pero, cuando bajas de esa montaña, quieres volver a intentarlo, quieres volver a subir. Y sí, ahí vamos.En lo personal, me es grato y emocionante leer escritos de analistas que residen en México, hemos tenido la dicha de asistir a los seminarios de uno, y muy pronto el caribe recibirá con los brazos extendidos a otro, y espero que no sea la última vez.Como he mencionado al principio, es la transferencia lo que el día de hoy nos convoca. Retomando una de las citas de Leff:

"Al volver, en 1962, a la historia de los deshollinadores, Lacan convierte la referencia a la chimenea en un asunto de método: está convencido de no poder recorrer todos los vericuetos de la obra de Jones sin salir de la chimenea junto con él, todo negro de hollín. De esto se trata cuando formula su deseo de que, a quien se aventure en la lectura de sus escritos, le sea preciso poner algo de sí mismo, así como él lo hizo en su homenaje a Jones, a pesar de la incomprensión de Winnicott. Y en cuanto a sus seminarios, al no redactarlos, puso una condición para que cada uno encontrara la manera de dialogar con él."

Acerca del método, es un texto en el que se aborda los inicios de uno de los pilares del psicoanálisis: la transferencia. El cual nace a partir de Bertha Pappenheim, una paciente del Dr. Breuer que después, viendo los efectos de la transferencia, huye y deja el caso en manos de su querido colega, Freud. No culpo a Breuer de salir corriendo pero, hasta cierto punto, ¿Qué hubiéramos hecho nosotros si ese caso se nos hubiese presentado?Si bien, Bertha Pappenheim, da pie a dos conceptos que se fueron manejando durante bastantes años (antes de la llegada de la propuesta de Lacan); me refiero a la Talking Cure y la Chimney Sweeping. El primero, hace referencia a la cura por la palabra y el segundo, a una cuestión más erótica (deshollinar). Estos dos conceptos fueron tomados por separado, se decía que eran sinónimos pero no lo mismo. Leff en este capítulo, nos expone todos los virajes que hace Lacan, hasta mostrarnos como llega a llamarlo una Chimney Cure.Por otra parte, no hay que dejar a un lado los virajes que Lacan estaba haciendo con relación a su teorización. En el seminario L'angoisse (La angustia), Lacan destaca cómo la fantasía de Freud no le impidió volver una y otra vez a los relatos de Breuer. Reconstruir e interpretar los hechos relacionados con Bertha Pappenheim, y modificar radicalmente su punto de vista sobre la transferencia hasta lograr delimitar que el analista es el soporte y destinatario de la misma.Siguiendo a Leff, Lacan estaría insinuando que para responder al calor ardiente del amor transferencial, los analistas encontraron alternativas de seguir deshollinando bien y bonito. La manera en que cada analista tiene no para rechazar estos actos de amor, sino para consumar el acto analítico, en donde poco a poco se va cayendo el analista hasta el punto de ser desechado, ser esta última dependencia de la que se habla. Por eso este toque humorístico es en donde también entra el chiste, donde se juega con el, y no el simple hecho de aceptar la demanda del analizante.Parte de este calor ardiente del amor, pareciera que es como la película japonesa "El Increíble Castillo Vagabundo" el cual, Calcifer, quien está encargada de mantener en vida y en movimiento aquel castillo, los que hemos visto la película, sabemos que el cambio que se le da al castillo es conforme se le da comida, y no digo que le demos de comer al analista, sino que, es mantener este fuego que permita que el dispositivo analítico siga. No hay que dar de más porque se sale de control, ni menos, porque muere; entonces, no me pregunten cuánto habría qué dar, porqué en verdad no sé, pero estoy segura de que siempre se da algo. Caso por caso. ¡Lo importante es estar juntos en esa chimenea! como lo hace Virgilio al acompañar a Dante en aquel infierno, el estar ahí, aunque sea en silencio y observando, pero estar.Entonces... "Cuando [dos hombres] salen juntos de una chimenea, ¿cuál irá a lavarse la cara?".A mi entender, Lacan mete este tercero, no es una ni es la otra, pueden ser ambas. Es aquí donde también se puede observar una de las distinciones que tiene con Freud, no solo es uno y otro, sino que existe una tercera opción. Sin duda, este texto nos habla acerca del método, de la Chimney Cure, en donde se juegan demasiadas pasiones y sí, se deshollina pero no de la manera en el que otros personajes lo han hecho.Pone en mesa que el dispositivo analítico no es un juego, y que la transferencia no es solo una palabra que aparece en manuales o en diccionarios "psicoanalíticos", sino que, es cosa seria. Todo aquel que no está dispuesto a someterse al dispositivo analítico y mucho menos, tomarlo en serio, debería de abstenerse a recibir analizantes, puesto que, en cada diván, camastro y/o hamaca, se están contando historias, historias reales de amor.»


Escrito por: Melissa De Jesús Álvarez.

Ilustración: Gustave Doré.

Extraído de las notas de lectura del archivo de Campo de La Letra referente al libro «Juntos en la Chimenea. La Contratransferencia, Las "Mujeres Analistas" y Lacan» de Gloria Leff.

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